
Hoy llega una noche muy especial y esperada por muchos durante todo el año.
Nuestros peques estarán entusiasmados con tanta magia en la que les hemos sumergido coles y familias durante el mes de diciembre.
Con ansias, expectación y mucha, muchísima ilusión (que les hemos ido contagiando los adultos) estarán esperando a los Reyes Magos.
Por eso, si están nerviosos, no les instéis a correr por caramelos en una cabalgata llena de gente, a hacerse fotos con hombres barbudos que les decimos, además, que les «vigilan». Es más, amenazarles con no recibir regalos si están más agitados de lo habitual y regalarles carbón «por haberse portado mal», son bromas pesadas que, sin pretenderlo, podemos cargar sobre ellos haciéndoles pasar un mal rato.
Se trata de reírnos con nuestras/os hijas/os, de compartir juntos estos momentos que despiertan a la niña/al niño que fuimos. Con amor, desde el respeto y el placer de ver la felicidad reflejada en sus caras. Riéndonos con ellos y no de ellos.
Es entonces cuando surge la verdadera magia que nos conecta y nos hace mantener la ilusión para estas fechas durante todo un año.