
El porqué nos conecta con los lugares más recónditos de nuestro ser. Con aquello que marca nuestra esencia y da sentido a nuestra existencia. Nos llena, nos motiva y nos sitúa en nuestra fuerza de voluntad. Siendo nuestra fuente interna de inspiración e ilusión. Nos da la energía para levantarnos y emprender el camino. Aquél que sentimos como nuestro desde las entrañas.
El para qué nos marca el rumbo a seguir. Nos encamina hacia nuestros propósitos, hacia nuestros porqués. Es en el para qué donde reside la verdadera transformación de nuestra vida. Convierte nuestra energía y motivación en acción. Tomando decisiones desde la libertad de nuestra voluntad. Siendo coherentes y consecuentes con quienes realmente somos. Cogiendo las riendas de nuestra vida. Sacándonos de la espera eterna para colocarnos en nuestra responsabilidad interna. Y desde ahí caminar hacia una vida plena y auténtica.
Hallar nuestro sentido de la vida nos dará la motivación y la fortaleza mental para seguir hacia delante, superando cualquier obstáculo que se nos presente. Se trata de encontrar aquello que nos apasiona, sentir que tenemos una misión en la vida y entregarnos a su grandeza desde la humildad de nuestro ser. Esto nos alimentará de la energía que nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra alma necesitan para exteriorizar nuestros anhelos y convertirlos en realidad. Escuchar nuestra voz interior, visualizar nuestro sueño y actuar en consecuencia, con entusiasmo y determinación. Pasar así del «piloto automático» a conducir nuestra vida hacia nuestras metas y aspiraciones.