lo primero que necesitas saber para acompañar una explosión emocional

¿qué es acompañar?

Escribo esta entrada como continuación de «¿Cuánto dura una explosión emocional?» Para ayudaros a tomar distancia de esas preguntas y preocupaciones que nos hacen quedarnos en la superficie, como las que te ilustraba en esa publicación. Y empezar a bajar al fondo, donde está todo lo que necesitamos para afrontar momentos difíciles en la crianza de nuestros hijos, como los desbordes emocionales (o rabietas).

Así que,

¿qué es lo primero que necesitas saber para acompañar una explosión emocional?
  • No es qué decir
  • Ni qué hacer para que ésta termine cuanto antes
  • Sino, cuál es su objetivo:

¿Cuál es el objetivo de acompañar una explosión emocional?

NO es que ésta cese

El objetivo no es que la explosión emocional deje de darse ya, en el instante. No es distraer al niño(a) de su emoción, ni hacer lo imposible para que se ponga contento(a) cuanto antes. Ni mucho menos corregir.

es precisamente el de acompañar
  • Estando presente
  • Escuchando
  • Sin juzgar, sin criticar
  • Bajando a lo más profundo de tu ser
  • ESTABLECIENDO CONEXIÓN
Y desde ahí invitar a la calma
  • Manteniéndote en calma
  • Acogiendo su malestar
  • Siendo su cobijo
  • Dando tiempo y espacio para que exprese su emoción
  • Guiando para que no se dañe ni dañe a los demás
  • AYUDÁNDOLE A TRANSITAR LA EMOCIÓN
Respetando su ritmo
  • Sin meter prisas.
  • Sin amenazas ni castigos.
  • Sin sacarte «ases de la manga».
  • EMPATIZANDO, ACOGIENDO, ESTANDO PRESENTES, CONECTANDO
Con paciencia

Tu peque no sufre por expresar sus emociones. Sufre si no se le permite hacerlo y se le deja solo(a) frente a ellas.

«𝙎𝙚𝙧 𝙮 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧. 𝙅𝙪𝙣𝙩𝙤 𝙖 𝙫𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙦𝙪𝙚𝙨 𝙚𝙣 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤. 𝘾𝙤𝙣 𝙫𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖𝙨 𝙡𝙪𝙘𝙚𝙨 𝙮 𝙫𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖𝙨 𝙨𝙤𝙢𝙗𝙧𝙖𝙨..”

Ésta es la pista que os dejaba al final de la publicación anterior.

Porque de esto se trata.
De “𝘀𝗲𝗿 𝘆 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿”. Desde la 𝗰𝗼𝗵𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮, la 𝗵𝗼𝗻𝗲𝘀𝘁𝗶𝗱𝗮𝗱 y la 𝗵𝘂𝗺𝗶𝗹𝗱𝗮𝗱:

  • “No puede ser lo que pides, pero puedes contar conmigo para desahogarte.”
  • «No sé qué te pasa, pero estoy aquí para ti.”

𝗠𝗼𝘀𝘁𝗿𝗮𝗿𝗻𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗼𝗺𝗼𝘀, sin la máscara de trasladar frases hechas que no van con nosotros. Porque los niños nos detectan y cuanto más actuamos desde una superficialidad, más nos desconectamos de ellos.

𝗘𝘀𝘁𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝘀𝘂 𝗹𝗮𝗱𝗼. Olvidándonos de todo lo demás. Sin pensar en nada más. Para escucharles más que hablarles. Con empatía y compasión.

De la forma que nos nazca y sea coherente con quienes somos y hasta donde llegamos en ese momento. Pero estando: disponibles y accesibles física y mentalmente.

Porque:

Lo que más necesita tu hijo/a es a ti. Real. Auténtico. Cercano.

Sólo así conectarás con ese amor profundo para encontrar en ti la seguridad y confianza que tu hijo/a necesita en ese momento. 😉

Deseo que esto que escribo os ayude a dar más luz sobre vuestras sombras y a bajar la autoexigencia. Ésa, que siento muchas veces creamos quienes acompañamos (o estamos en camino de hacerlo). Porque acompañar consiste precisamente en respetar los ritmos de quien acompañamos: sea una madre, un padre, o un niño/a. Sin forzarle a dar más de lo que está preparado a dar en ese momento.

Deja un comentario