
(In)decisiones
Si no alcanzo lo que siento, cómo voy a saber lo que quiero.
Si no llego a conocer mis sentimientos, cómo voy a acercarme a mis anhelos.
Si me quedo en la superficie, cómo voy a ir a la raíz.
Si no me atrevo a mirar donde nadie busca, cómo voy a encontrarme.
Cuando (re)conozco mis sentimientos, conozco quién soy en esencia y, por lo tanto, sé lo que quiero.
Conocer nuestro sentir, nos acerca a lo que nos hace latir. Y ahí es cuando nos es más fácil decidir.
Uniendo razón y corazón para afirmarnos en nuestra decisión.