No son las formas, sino el fondo lo que necesitamos buscar en la relación con nuestros hijos

Solidez interior

Si yo soy refugio, casa, hogar para mis hijos, me puede ayudar a visualizarme como tal. Si soy casa, los muebles, cualquier adorno y hasta la mayoría de las paredes serían la forma que deseo darle.

Pero si empiezo a construir mi casa por las paredes, incluso poniéndole un tejado “bonito”, sin que esté primero la base (es decir, el fondo) nada podrá sostener mi casa, por mucho que me empeñe en decorarla…

En la relación con nuestros hijos pasa lo mismo y más a la hora de gestionar los conflictos diarios que puedan surgir.

Si nos empeñamos en buscar la forma en que abordarlos (qué y cómo hacer) sin tener unos cimientos sólidos de fondo, nada “funcionará” (ojo también con qué validamos como “funcionar”. No todo “vale” si lo que está en compromiso es la integridad personal de nuestros hijos o la nuestra. Ante todo somos personas. Hay espacios “sagrados” que no se traspasan).

Desde qué lugar en mí me sitúo para SER y ESTAR con mis hijos ante un conflicto.

Ésta es la gran cuestión.

Se trata de re-situarnos en nuestro ser de madre y padre (nuestro fondo).
Y cómo 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 que sea este fondo? …
De qué 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 que tiene que estar hecho?…

Es desde ahí desde donde nos necesitan nuestros hijos y desde donde nos necesitamos también nosotros mismos. Desde una madurez serena (o el “yo adulto”) para afrontar los retos de una forma que nos haga crecer a ambas partes.

Así que, ante los momentos difíciles lo primero que deberíamos preguntarnos es
qué nos sostiene?

De lo contrario, si nuestros cimientos tambalean, nada podrán sostener (igual que una casa).

𝘊𝘰𝘯𝘦𝘤𝘵𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘪𝘨𝘰.
𝘊𝘰𝘯𝘦𝘤𝘵𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘶𝘴 𝘩𝘪𝘫𝘰𝘴/𝘢𝘴.
𝘌𝘥𝘶𝘤𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘢𝘤𝘵𝘰.💛

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